Parece que cuando acaba AGOSTO, se termina el verano, aunque en el calendario todavía le queden días… Cuando paseas por el pinar por ultima (penultima vez)

Sigüenza, mantiene muchos de mis recuerdos de verano… de este y de otros muchos… Aquí os dejo algunos…

Contemplar cuadros del Museo del Prado en su Plaza Mayor, y en los aledaños de la catedral. Dar la mano a tu hija, #Loreaviajera para que salte por las calles empedradas y suba a la muralla ya l pozo del Castillo. recordando al CID, sellando su salvoconducto y comprando u cuento en la librería Rayuela.

Degustar un fino seguntino, en la Alameda, con un torrezno de Atienza, mientras ves como el turismo sigue viniendo a la Ciudad Medieval del Doncel, a pesar del virus… Y a pesar de las restricciones y prohibiciones por varios inconscientes que no les importa mas que su propio bien y diversión.

Recordar los campamentos de verano, las acampadas en Barbatona y actividad en los pinares.

Contemplar con mucha alegría, en prensa nacional e internacional especializada, las estrellas, las estrellas del cielo seguntino, y las estrellas michelin. Los Restaurantes El Doncel y El Molino de Alcuneza. Celebrar gastronómicamente hablando , dentro de la Casa de El Doncel, sede y museo de mi querida UAH, con cursos de verano, celebrar en el Restaurante NoLa, a primeros de un septimbre embarazado.

 

Pasear, descubrir, imaginar tiempos de esplendor en la Catedral Seguntina mientras ves la exposición Atempora.VIVIR la FIESTA DEL TURISMO RURAL con Escapada Rural.

Subir, mirar, admirar el Parador, el Castillo, antes y después de las Jornadas Medievales de Julio. Escuchar charlas, conferencias, poemas, tomar un vermú en verano y un café calentito en invierno.

Bailar «agarrao» en las FIESTAS DE SAN ROQUE, ir a los toros, de conciertos…intentar no perder el paso en la senda de los elefantes,

Comprar una bota de vino JB, para un compromiso vasco ( y acordarte de Donosti, que alli tambien llega Siguenza y tambien las venden), un imán para los clientes de la casa rural, miel de la Alcarria, miel del Río Dulce, Comprar unas alpargatas en la zapatería de siempre en la que te enseño la abuela, un filete en la Carnicería Sienes y algo de pescado, donde siempre. en la calle  Humilladero, antes de bajar a la estación del tren.

Recordar la música, los pasillos del Obispado, del Seminario, entrar en la SAFA, la afamada SAFA, gracias a la Delegación de Juventud del Obispado de Sigüenza, el MultiFEstival DAVID a principios de los 2000. Tararear algunas canciones del festival vocacional religioso, en la portada de la parroquia de Santa Maria. Conversar con las monjas Ursulinas y escuchar a las clarisas en la Iglesia gótica de Sta Maria de los Huertos. Ver subir a caballo ( o yegua blanca) a un nuevo Obispo a la catedral… El último Don Atilano.

Subir entre Brujas y animas por la puerta del Sol, la travesaña baja y acabar en la plazuela de la cárcel entre vinos y juegos medievales….Reunirnos con empresarios turísticos en El Torreón y en el Pósito, gracias a ADEL Sierra Norte, para hablar y analizar el futuro de esta maravillosa comarca. Saludar a políticos y presidentes, y contarles lo duro y bello que es trabajar, vivir y venir mucho por aquí para dar futuro a la tierra.

Ya lo dice su lema… Sigüenza, infinita, Sigüenza patrimonio de nuestros veranos, patrimonio de la Humanidad… te espera

Volveremos el próximo verano.

Por cierto a Sigüenza solo le falta la PLAYA… pero la hemos tenido este verano, gracias a este cuadro de Sorolla-

Escrito por Noelia Clemente Pariente, desde Mirabueno. 28/08/2020